sábado, 7 de mayo de 2011

Sobre productividad

 Desde hace algunos años se elaboran rankings de productividad y competitividad de países y empresas. Siempre me ha costado un poco comprender este concepto y el lugar que ocupa España, siempre tan bajo en la escala cuando paradójicamente estamos entre los europeos que más tiempo pasan en su puesto de trabajo.
También, desde hace un par de años me he propuesto añadir algunas innovaciones a la metodología que utilizo en el día a día del aula, así que sin empeñar tiempo concreto en ello, estoy especialmente atenta y alerta a todo aquello que pueda aportar. Quería completar lo que me gusta, funciona y creo que gusta al resto, formas de enseñar que ya no se utilizan tanto, pero que eran eficaces para ciertos contenidos, y unirlo todo con las novedades en e-learning. Supongo que como tantos docentes hoy en día.
Y pensando en todo ello me he topado con la noción de productividad. Desde luego, parece un parámetro importante, por lo que de un tiempo a esta parte he empezado a cuestionarme si como docente soy productiva y qué papel juega la productividad en la enseñanza, en la metodología que utilizamos y en los procesos de evaluación.
Las matemáticas parecen una actividad productiva. Se resuelven problemas con las técnicas que se han aprendido y se fomenta el uso de otras nuevas que el propio alumno elabora a partir de los contenidos. Generalmente esta actividad se plasma en el cuaderno, que suele tenerse en cuenta como elemento a evaluar. También se produce en el examen. De acuerdo.
El problema para mí es que al final de todo, lo que producimos en realidad es una nota en un boletín. Y punto. Y la pregunta es: ¿es suficiente?
Desde hace un par de cursos empieza a no serlo para mí. Los profesores de infantil y primaria tienen muy interiorizada la importancia de la productividad. Basta con dar un paseo con cualquier colegio, observamos decenas de murales, dibujos, poemas, etc.  La emergencia de nociones como la educación emocional y las investigaciones de psicólogos y educadores han dado su fruto en una forma de educar a través del trabajo y de la elaboración física y mental, que da lugar a imaginar y a mostrar lo que se ha aprendido.
En algunas materias de secundaria tenemos una gran tarea pendiente. No se trata solo de decorar el centro, a veces se hacen exposiciones estupendas. Se trata también de enseñar cómo conseguimos aprender, qué hemos sido capaces de hacer este año con las nuevas herramientas que nos han proporcionado. Qué hemos hecho distinto del año anterior. Cómo hemos avanzado.
Las nuevas tecnologías y los entornos de aprendizaje virtual pueden ayudarnos en ello, blogs y wikis. Lo que me planteo es cómo mostrar al propio alumno y a las familias lo que hemos producido en el aula. Y pienso contar con ellos, preguntarles qué se les ocurre, añadirlo a lo que se me ocurra. Demostrando a la administración que una clasificación basada en una calificación no es capaz de decir tanto.
Me planteo un esfuerzo de construcción y comunicación, con más o menos medios, pero mostrando qué hacemos en el aula y sintiéndonos orgullosos de ello.
A partir de septiembre más.